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Proctitis

Proctitis y anusitis


La inflamación de la mucosa que recubre el recto se define como proctitis, mientras que anusitis no es más que la inflamación del conducto anal. La inflamación en estas áreas pueden causar síntomas, como picazón (prurito), ardor, sangrado rectal, presión en la pelvis, y la descarga de líquido por el ano con mal olor. La distinción entre proctitis y anusitis no es muy pertinente, ya que la etiología y el tratamiento de la anusitis y proctitis son similares.

Existen diferentes etiologías, incluyendo la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), los organismos infecciosos (por ejemplo, la gonorrea, la Salmonella, Shigella), las causas no infecciosas (por ejemplo, la radiación, la desviación de las heces,) y causas idiopáticas. Nosotros organizaremos estas etiologías en 3 categorías, a saber: enfermedad inflamatoria intestinal, proctitis infecciosas y proctitis no infecciosas.

Un paciente con proctitis pueden presentar algunos de los siguientes síntomas y / o signos:


Sangrado rectal: suele ser de color rojo brillante y persistente, pero rara vez es grave. El sangrado puede durar varias semanas o incluso más tiempo.

Cambios en los hábitos intestinales: por lo general con una disminución del volumen y un aumento en el contenido mucoso. Los pacientes se quejan de una diarrea leve con una gran cantidad de mucosidad.

Los pacientes pueden presentar urgencia o tenesmo fecal.

La presencia de una diarrea severa por lo general es poco común.

El estreñimiento puede ocurrir si la inflamación es severa.

Los pacientes también pueden quejarse de dolor abdominal, que es causado por la inflamación de la pelvis.


Las indicaciones para el tratamiento varían de acuerdo con la etiología de la proctitis. Por ejemplo, en pacientes con EII, la colonoscopia se debe realizar para conocer la extensión de la inflamación. Muchos pacientes con EII que se presentan con proctitis puede progresar a colitis del lado izquierdo y, posiblemente, pancolitis. El tratamiento de primera línea de estos pacientes es la terapia médica. El tratamiento quirúrgico está indicado para el fracaso o complicaciones del tratamiento médico, cualquier displasia en las muestras de biopsia, y el cáncer.


La cirugía rara vez está indicada para la proctitis secundaria a una etiología infecciosa. El objetivo del tratamiento es curar la infección que causa la inflamación. En raras ocasiones, una sepsis profunda puede requerir una resección quirúrgica como una maniobra para salvar vidas.


Por último, la indicación para el tratamiento de radiación o proctitis de derivación (pacientes con el recto y con un estoma proximal a etse)  también se basa en la sintomatología. El sangrado rectal y la diarrea persistente llevan a iniciar una serie de análisis, incluyendo una proctoscopia o colonoscopia. La presencia de síntomas es la indicación para su evaluación y tratamiento, que puede ir desde médico, oxígeno hiperbárico o la realización de un estoma.